sábado, 22 de agosto de 2009

Extraño

Extraño oficio este el de vivir.

Dibujamos palabras, y sin embargo perdemos ideas.

Amamos y nos gusta alejar al amor por que no sabe anidarse en nuestras palabras.

Enseñamos y casi nunca aprendemos.

Sabemos de instantes y no de la eternidad.

Buscamos en la obscuridad y no encendemos la luz de los sentimientos.

Rechazamos y acudimos al encuentro con otros.

Queremos y dejamos.

Deseamos y tememos.

Nos rendimos e iniciamos de nuevo.

Perdonamos y no nos perdonamos.

Cantamos a solas, bailamos cuando nadie nos ve, y reímos por las noches.

Miramos de reojo, huimos de los escotes y de las miradas de las mujeres.

Esperamos besos y lanzamos deseos como barcas en la mar.

Encontramos caricias guardadas en cajones, de manos perdidas.

Besamos con los ojos cerrados, y amamos sin sentido.

Nos quejamos del mundo y al mundo vamos.

Recordamos amores, mujeres y besos perdidos.

Anhelamos ser queridos y querer.

Deseamos estar detrás de ti, de frente a la luna y jugando con tu cabello.

Renacemos por las mañanas y morimos en tus sueños.

Somos todos parte de ti y sin embargo aquí hoy no se ni tu nombre ni como amarte.

Extraño este oficio de vivir… confuso e ilógico.

Estraño este oficio de ser cuando tu no estas aquí.

De nuevo

Me levanto, observo mi imagen, me escucho caminar, percibo un aroma en mi, escondido tras la obscuridad de esta habitación escucho susurros, palabras perdidas, ideas escondidas, tal vez en mi mente tal vez en mi corazón.

Despacio, poco a poco busco algo de luz que revele la identidad de los susurros, la imaginación no basta, la realidad aun no llega, perdido se que difícilmente descifro mis palabras, confusas, extrañas, suenan en mi boca, pero aun no se si son mías.

Algo perdí hace unos minutos, desesperadamente se que debo de encontrar algo, pero esta obscuridad no me deja, y de nuevo los susurros, aliento y sudor, mi cuerpo reconoce la emoción pero aun no alcanzó a imaginar que sucedió y que perdí.

De nuevo divago en diálogos internos y trato de poner en orden mi mente, arrastrado por la marea de las emociones casi no respiro, mis ojos inician el recorrido hacia la realidad y las fugases luces comienzan a tener sentido, mis oídos reconocen la voz que perdida en la obscuridad traza rutas que se que debo seguir.

Aquí, no hay nadie más que yo, de pie pregunto su nombre, trato de recordar los últimos minutos, identifico poco a poco objetos cotidianos, me ubico en el espacio, y comienzo a respirar.

Poco a poco siento el pulso en mis venas y escucho a mi corazón latir, las imágenes se agolpan en mi mente, hay luz, mucha luz y sin embargo mis ojos inician el recorrido de trazos, colores y formas, los sonidos son claros, y mi mente por fin me lleva a la realidad.

Estoy cerca de ti, desnudo, reconociendo mi cuerpo, imaginando tu piel, se que la soledad y la obscuridad han sido un breve instante en mi mente, y pequeño susurro salido de tus labios, una mirada fugaz, una caricia, ahora reconozco la voz, rompiendo el silencio, encontrando piel, aquí junto a ti la luz de las palabras encuentra sentido en mi obscuridad, y de nuevo el susurro deslizándose en mi piel me dice te amo, me grita te amo, poco a poco se que no seré el mismo, perdí la inocencia, perdí la soledad, aquí las palabras encuentran caminos, y tu voz toca mi alma, y de nuevo siento, realmente siento.